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31 marzo 2006

Bahía Málaga podría estar en vía de extinción



El Gobierno Nacional tiene proyectada la construcción de un puerto de aguas profundas, en uno de los lugares con mayor riqueza natural del pacífico, Bahía Málaga. Ya después de firmada el acta de constitución de la sociedad entre inversionistas privados, el Estado, el Departamento y el Municipio de Buenaventura, empezará nuevamente la eterna disputa entre equilibrio ambiental y desarrollo (¿ó intereses particulares?).

Solo que esta vez, dicho encuentro se llevará a cabo en uno de los ecosistemas más importantes del mundo natural; pues en el seno del manglar, ocurre el proceso más eficiente en reciclaje de materia orgánica e inorgánica; produciendo gran cantidad de biomasa, que se constituye, mas tarde, en eslabones importantes de la cadena trófica ó alimenticia (por su función como transferidores de energía a los niveles superiores); además es la sala-cuna de gran diversidad de larvas y juveniles de vertebrados e invertebrados, donde encuentran refugio contra la depredación y toman alimento que luego exportan hacia el mar al ser consumidos ó cuando, ya adultos, se van a vivir a la plataforma continental o al mar abierto.

Es tan importante este ecosistema, que cumple la función de formador de suelos, protege los litorales de la erosión, da sombrío en las playas y le gana terreno al mar, reteniendo las partículas que descargan los ríos, así como el sedimento que llevan las corrientes de deriva costera. Por ser un ecosistema abierto interactúa con similares adyacentes que dependen de alguna manera de su aporte de energía, la esencia de ecosistema abierto le permite acoger especies fáunicas migratorias como las ballenas jorobadas, 12 especies de aves entre ellas los pelícanos, tortugas verdes y peces como el exiliado esturión.

La “maravillosa” idea de construir un puerto en esta área, implicaría impactar directamente los manglares y sus procesos; quienes representan una fuente importante de recurso forestal e hidrobiológico, para el sustento de las comunidades de pescadores lugareños. ¿Será que parte de los beneficios de dicho proyecto aportará de manera efectiva y en abundancia a las comunidades negras e indígenas del pacifico, quienes serán realmente impactadas?

Del mismo modo, se afectaría la amplia gama de individuos que de este ecosistema se favorecen. Hay expertos quienes lo consideran como el de mayor variedad de especies vegetales (120 especies de árboles y palmas) y un santuario de diversificación animal donde se congregan varios mamíferos (maiceros, guaguas, tigrillos, nutrias); el 10% de las especies anfibias y reptiles registradas en el país (como las tortugas carey, canal y las iguanas); 300 especies de aves (chorlitos, fragatas, halcones y águilas); más de 150 especies de peces de mar y de agua “dulce”; y cerca de 600 moluscos y 300 crustáceos
[1].

Ni hablar de las invitadas de honor, las 800 ballenas jorobadas (Yubartas). Aunque no arriban precisamente en el manglar, se verían obligadas a compartir el canal de acceso con los grandes barcos que ingresarían a Málaga; arriesgándose a colisionar con estas embarcaciones y a perturbar sus actividades de reproducción, crianza y alimentación, debido a la contaminación acústica por motores, sonares o ruidos de actividad portuaria y a la disminución de su fuente de alimento
[2].

La preocupación de ecologistas y estudiosos, se debe a que el equilibrio de los manglares es muy frágil, ya que múltiples factores como el flujo hídrico de la zona y el material orgánico e inorgánico que arrastra, el gradiente de salinidad, y entre otras cosas los aportes de ecosistemas adyacentes como los estuarios, ensenadas, fluviales y coralinos, han sido minuciosamente calibrados por la evolución; para que las diversas especies de mangles (con distintas tolerancias a la salinidad y diferentes adaptaciones necesarias para intercambiar gases en substratos con bajas concentraciones de oxígeno) se pudiesen establecer. Si cambiara una de estas condiciones, podría llagar a desaparecer el ecosistema completo y por más que quisiéramos reparar el daño seria demasiado tarde. Cuidado! que Bahía Málaga posee la décima parte de todo el manglar del país.

De construir el puerto, los manglares, serian impactados por las actividades de adecuación del terreno (perdida de cobertura vegetal), relleno para la expansión portuaria (cambio en la anaerobiosis y el gradiente de salinidad del suelo, y del comportamiento de las corrientes marinas, ocasionando un cambio en la composición del bosque), contaminación por residuos sólidos y líquidos, y contaminación sonora. La fauna que verá alterado su hábitat, tendrá la necesidad de migrar a otros sectores, no se ni que decir sobre la suerte que correrá la fauna endémica. En resumen la estabilidad del ecosistema de manglar de Bahía Málaga se verá afectada totalmente, aunque la única forma de saber que esto, o algo peor, ocurra es mediante un estudio de impacto ambiental serio, que no busque favorecer intereses.

Si bien el Ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, afirmó que el Gobierno es respetuoso del medioambiente y que por tal razón “se aplicarán todos las precauciones que garanticen un desarrollo sostenible acorde con las normas internacionales”, la experiencia muestra que ni el estado ni las empresas privadas han sabido administrar y conservar las zonas naturales donde se les ha permitido ejecutar sus proyectos.

Esperemos a ver que resuelve el Ministerio de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial quien debe expedir la licencia ambiental, sin embargo preferiría que las ONG’s y demás entes ambientales nacionales e internacionales, así como los órganos de control y la autoridad ambiental departamental se inmiscuyan con ahínco en este asunto; y que los vallecaucanos nos volvamos parte activa de la defensa y gestión de nuestros recursos naturales.


Para la muestra un botón, “en el Valle del Cauca, los impactos negativos (al manglar) de mayor importancia se localizan en la Bahía de Buenaventura, ocasionados por el creciente y desordenado desarrollo de la ciudad y su puerto marítimo, el cual ha incluido tala, relleno y construcción de viviendas normales y subnormales, acumulación de basuras, desvío y taponamiento de caños, vertimiento de aguas servidas de la ciudad, el puerto y los muelles de la industria (maderera y pesquera), así como contaminación por hidrocarburos provenientes del transporte marítimo y fluvial. Otro impacto de consideración, ha sido la construcción de la Base Naval en Bahía Málaga, que antes de ser construida por la zona pasaba el esturión”
[1] Jaime Cantera, biólogo de la Universidad del Valle y profesor del área Marina; Isabel Ávila, bióloga de la Fundación Yubarta; Miguel Cantillo, biólogo estudioso del comportamiento de los cetáceos en el Pacífico; Patricia Falk, bióloga de la Asociación para el Estudio de Aves Acuáticas de Colombia -CALIDRIS-: para El País. Gabriel Zamora, CVC: para El Tiempo[2] Lilian Florez González, bióloga Fundación Yubarta: para la Agencia AUPEC,

1 comentario:

Anónimo dijo...

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